Desde que tengo recuerdos de
mi infancia, siempre viví el Domingo de Ramos como un día muy importante: mis
hermanos y yo, esperando a que llegara mi madre con las palmas, … ¡Qué
ilusión nos hacía al llegar y cuando nosotros elegíamos la que más nos gustaba!
Era un día en el que se estrenaba ropa y se sacaba la foto junto a la iglesia.
Ese día íbamos todos muy contentos para la misa, nosotras y nuestras amigas.
Era un día muy especial, siempre pendientes de que no lloviera.
Durante años yo seguí con
esa tradición, con mis hijos. Les transmití lo importante que era ese día para
nosotros, como católicos practicantes que somos.
Cuando estaba preparándome
para la Confirmación se necesitaban catequistas. En aquellos años había muchos
niños y el cura, Don Cesáreo, nos dijo si queríamos dar el paso y animarnos a ser,
por tanto, catequistas. Y ahí empecé una etapa muy bonita que aún hoy perdura
en mi vida. Sólo tuve un paréntesis cuando nació mi hijo mayor y luego volví de
nuevo. Lo hago lo mejor que puedo, pero soy feliz haciéndolo; y, como cristiana,
yo también, a lo largo de mis años, siempre le insistí mucho a los “peques” de
lo importante que es el Domingo de Ramos.
Los pequeños antes no iban a
misa, sólo de vez en cuando y si tenían algún compromiso. Pero yo, antes de las
vacaciones de Semana Santa les insistía en que recordaran que el próximo era el
Domingo de Ramos, los animaba a ir a misa y a llevar la “palmita” o un ramo de
olivo. Que voy a fijarme si estáis, les decía. Y ese domingo, al vernos,
se acercaban contentos.
Siempre les decía y sigo
diciéndoles que la Semana Santa se inicia con el Domingo de Ramos, que llevamos
el ramo de olivo, símbolo de la entrada y el recibimiento de Jesús en Jerusalén,
momento en el que niños y mayores gritaban diciendo: Bendito el que viene en el
nombre del Señor, Hosanna.
Este año es muy distinto
para nosotros y para nuestros niños. Nunca hemo vivido esta
situación, que nos es muy difícil a todos, pero en especial para nuestros peques,
quienes están demostrando ser unos campeones. Desde la parroquia tomamos la
iniciativa y se la hicimos llegar a nuestros niños y niñas del catecismo: como
no podemos salir los animamos a que dibujaran una palma para colgarla en nuestras
ventanas; y así, celebrar en nuestras casas, con nuestras familias, el
Domingo de Ramos tan distinto que nos toca vivir, pero igual de emotivo y bonito,
aunque no podamos celebrar juntos la Eucaristía. Aprovechemos para hacerlo en
familia, pues estos días es una oportunidad y lo más importante y precioso que
tenemos. ¡Vivamos esta experiencia con ellos, que antes, por el ritmo de la
vida, no solíamos hacerlo! Disfrutad de la Semana Santa en familia. A los
niños y niñas muchos besos y abrazos.
Saquemos foto del Domingo de
Ramos con la familia, en casa y con las palmas hechas con
nuestras manos.
Espero volver a veros pronto
y poder disfrutar de vuestra presencia y, ¡como no!, de vuestras ideas, que
siempre nos sacan una sonrisa.
Catequista de Primero-Primaria______
Esther Vidal
Esther Vidal
Muy originales todas las palmas/ramos...está visto que todo es posible, que solo hay que tener intención y un poco de iniciativa...
ResponderEliminarLos míos fueron mas tradicionales, un poco de olivo en una ventana y otro poco en casa...en ora buenaa tod@s, Feliz Domingo de Ramos!
Muy bonitos,no se podía esperar menos ,con esa gran catequista y maravillosa persona 🥰
ResponderEliminarEsther, las fotos genial..en cantidad y originalidad...pues sí, este año fue muy distinto pero supongo que a los niños les va bien para poder apreciar las cosas de la vida, que en situaciones normales seguramente muchas les pasan desapercibidas..Felicidades por la publicación...😘
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