Una vez que el agua es bendecida en la Pila
Bautismal, es necesario disponer de un corazón que conecte con Dios y aumente
la fe.
Consideramos ante todo el agua sobre la cual se
invoca el poder del Espíritu Santo para que tenga fuerza de regenerarse y
renovarse. El agua es matriz de vida y de bienestar, y por el bautismo somos
resucitados, pasamos de la muerte a la vida, de la esclavitud del pecado a la
libertad del amor.
Enhorabuena a los que caminan de la
mano de Jesús.
Quizás después de esta Cuaresma y lo que estamos
viviendo, lo que hemos ido recogiendo durante este tiempo, todos los propósitos
de transformación, todas las necesidades de cambiar, las ilusiones proyectadas,
ojalá que salgamos más reforzados y que sepamos valorar todo de otra manera. Que seamos más humanos y que ni la muerte, ni el hambre, ni las enfermedades,
ni las crisis económicas, ni la violencia, ni injusticias, ni las guerras,
tengan la última palabra. Que jamás nos roben la esperanza, porque esperamos
que nuestra vida termine bien, que nos espere la resurrección: una vida plena
y feliz. La resurrección de Jesús debe verse en nuestros rostros, en nuestros
sentimientos, en nuestros actos y en el modo de cómo tratamos a los demás.
Anunciamos la resurrección de Cristo cuando su luz
ilumina los momentos más oscuros y podemos compartir con los demás; cuando
sabemos reír con quien ríe, y llorar con quien llora, cuando caminamos junto a
quien está triste y está a punto de perder la esperanza. Debemos dejar
entrar la gracia en nuestro corazón y nuestra vida a través de la Pascua: es el
acontecimiento que ha llevado la novedad radical para cada ser humano, para la
historia, para el mundo. Es el triunfo de la vida sobre la muerte.
Se trata de una fiesta de despertar y regeneración.
Así como el agua es símbolo de renovación del
Espíritu Santo porque significa el nacimiento del Espíritu, sin él nadie puede
entrar en el Reino de Dios. Porque quien recibe el Espíritu queda iluminado.
En
las sagradas Escrituras se encuentran muchas prefiguraciones de este sacramento
y se hace memoria en la Vigilia Pascual cuando se bendice el agua bautismal. El
Génesis nos habla del agua como fuente de la vida y de la fecundidad. En el
momento que somos bautizados estamos participando en el Ministerio Pascual de
Cristo, el hombre viejo se sepulta para que renazca una criatura nueva. Nos
regenera la vida eterna haciéndonos hijos de Dios para siempre, renacidos del
agua y del Espíritu Santo.
Beatriz Redondo
Catequista
Que el agua nos purifique y podamos nacer todos a una vida nueva de compromiso, humildad y amor con todos los que nos rodean🙏🥰
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