El Encuentro

Nacemos con tres heridas: la del amor, la de la muerte, y la de la vida

Viernes SANTO es un día de luto y agonía, como lo que están pasando tantas y tantas personas, viviendo en sus carnes el dolor y la desesperación. Padres y madres separados de sus hijos por esta situación, que es algo que hace unos pocos meses nos parecía impensable. María, como madre, sufrió el dolor más grande que una persona pueda conocer: ver a su hijo clavado en una Cruz, siendo inocente. Modelo de tantas madres que sufren al ver la agonía de los hijos en las cárceles, en la droga, la prostitución, la falta de empleo, las separaciones, la enfermedad y tantos contratiempos que nos da la vida. A veces en el dolor también tenemos que fiarnos de otras personas para estar en la verdad que uno no ve.

 María, que sufre al ver a su hijo, sale a su encuentro con la certeza y la esperanza de que en Él está la Vida, que vino para vencer a la muerte y que en Él tenemos la plenitud y la seguridad: Jesús es la Vida. Nosotros también vemos en Jesús el apoyo que en estos momentos necesitamos y que la angustia, el miedo, la muerte amenaza.

Nosotros también en nuestra parroquia de Santa Uxía hemos vivido momentos de mucho dolor:  el mar nos da muchas alegrías, fuente de sustento, trabajo para nuestros maridos e hijos, pero… también se quedó con muchos marineros padres, hijos, acontecimientos que hicieron que sus madres lleven en su corazón la tristeza y la pena que sintió María. Al mismo tiempo, María madre de todos los sufrimientos nos hace el regalo de la fe, de la comprensión y nos hace ver que más allá esta Jesús para curar, arropar y dar vida a nuestro corazón.

María la mujer que siempre dijo SI y confió en Dios, es en nuestra vida referente de mujer, esposa y madre.

Dolores Álvarez

Coordinadora de Catequesis

Voluntaria de Cáritas